¿Qué es la Dificultad Específica de Aprendizaje?

Una dificultad específica de aprendizaje, a partir de ahora DEA, se define como un impedimento para adquirir algún aprendizaje; es de orígenes neurobiológicos, ya que cuando el niño o niña no logra aprender, existe alguna habilidad cognitiva de base que se encuentra descendida (capacidades viso-perceptivas y motrices, lateralidad, aspectos de síntesis y análisis tanto de fonemas como de sílabas, entre las más recurrentes). Dentro de este diagnóstico, es posible dilucidar dificultades en el área de lectura, escritura y cálculo, las cuales pueden presentarse de manera independiente o conjunta; no está asociado a un rendimiento intelectual limitado, a un déficit de atención, a un trastorno de lenguaje, a necesidades sensoriales como pérdida auditiva, baja visión y problemas motores, entre los análisis más frecuentes. Se manifiesta a través de bajas calificaciones, y quien lo manifiesta, podría llegar a tener un desfase de aprendizajes en el ámbito académico de al menos dos años.

El profesional idóneo para detectarle es un psicopedagogo/a, ya que es el especialista en aprendizaje. En ocasiones, puede realizar derivaciones a otros especialistas para descartar dificultades de base asociadas al DEA, y así dar su apreciación de manera mucho más precisa.

Es relevante indicar que el DEA, con frecuencia, suele confundirse con dificultades de aprendizaje, es decir, problemáticas para adquirir algún aprendizaje específico, principalmente relacionado con contenidos curriculares, los cuales pueden generarse por vacíos pedagógicos, ausencias reiteradas a clases, o constantes cambios de colegio, entre las razones de mayor frecuencia. El DEA como tal acompaña toda la vida, no obstante, es deber del psicopedagogo otorgar las herramientas y estrategias necesarias para que quien lo presenta, pueda continuar su vida académica sin grandes sobresaltos y con las mismas expectativas que el resto de sus pares.

¿Qué puedo hacer en casa si mi hijo o hija presenta un diagnóstico de DEA?

  •  Lo primero… es demostrarle a sus hijos e hijas que confían en sus capacidades; hablarles que todos somos diferentes, y por ello, nuestros ritmos o formas de aprender son diferentes.
  • Establecer un horario fijo de estudio, tenga o no tareas, ya que es en ese instante en el que puede resolver actividades de estimulación cognitiva.
  •  Desarrollar en casa diversas actividades de estimulación cognitiva; en internet podemos encontrar desde las más simples a otras complejas, con solo ingresar lo que está en letra ennegrecida.
  •  Frente a instrucciones, que éstas sean breves. Si son extensas, parcelarlas y volverlas un punteo; O bien, graficarlas a través de imágenes representativas para ellos (para el/la niño/a) o con pictogramas.
  •  Frente a la realización de tareas o preparación de pruebas, idealmente conocer el estilo de aprendizaje de él o la estudiante, para así usar la estrategia más adecuada al trabajar con él, es decir, que si es visual, pedirle que lea o haga dibujos alusivos a lo que estudia; si es auditivo, apoyarle con canciones o conversaciones; o si es kinestésico, hacer ejercicios corporales que apoyen conceptos o ideas a abordar.
  •  Contar con un ambiente emocional lo más equilibrado posible, es decir, evitar discusiones frente del niño o niña; usar un lenguaje pausado y rico en palabras de respeto y empatía, aspecto que busca favorecer su autoestima y auto-concepto, dentro de un entorno contenedor.
  • Evitar comparar su desempeño pedagógico con pares o hermanos/as, ya que pese a que quizá no lo vocalicen, saben que sus habilidades están por debajo de otros, lo cual afectará su auto-concepto y autoestima.
  • •Finalmente, pero no menos importante, es seguir las sugerencias que otorga la psicopedagoga en cada una de las sesiones ya que así los avances del estudiante, podrán verse en un breve periodo.

Karina Cisterna Vergara
Profesora de Educación Diferencial, esp. en audición y lenguaje.(UMCE)
Licenciada en Educación (UMCE)
Post. Psicopedagogía. (U.MAYOR)
Diplomado en Diseño Universal de Aprendizaje © (UNAB)
Coordinadora área Psicopedagogía Centro Alanza

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